Importancia de los primeros meses de vida en la conducta futura del perro:

La conducta de los animales sociales está diseñada para optimizar la capacidad de supervivencia de los miembros de un grupo. No solo se trata de mantenerse vivo, sino de llegar a la edad adulta y aumentar la posibilidad de transmitir los genes a una generación posterior.

Para ello, la evolución ha dotado a los individuos de una serie de mecanismos de aprendizaje basados en la transmisión de información desde unos individuos a otros. Estos mecanismos comprenden la imitación, el modelado, la facilitación social, etc. Sin estos mecanismos, un animal solo puede aprender en función de las consecuencias de sus actos, es decir, por ensayo – error.

cachorros

En los primeros meses de vida de un cachorro, éste debe aprender a reconocer a sus congéneres, a los demás seres vivos con los que mantendrá relaciones sociales y a interpretar los estímulos presentes en el entorno que le rodea.

También aprenderá el lenguaje propio de su especie y como evitar conflictos con los miembros de su grupo social, además de las pautas de conducta propias de su naturaleza.

Este aprendizaje se lleva a cabo a través de los mecanismos antes comentados, por medio del contacto con los padres y hermanos de camada. En torno a la pubertad, se habrá convertido en un perro adaptado perfectamente al entorno (físico y social) en el que ha vivido desde su nacimiento.

Es importante tener en cuenta, que el periodo de máxima capacidad de aprendizaje y/o adaptación se sitúa a lo largo del primer año de vida. Posteriormente, esta capacidad disminuye hasta la edad adulta.

De todo esto se deduce que aquellos cachorros separados precozmente de su grupo familiar y que han sufrido un cambio de entorno significativo (de su hogar definitivo respecto a su lugar de nacimiento) pueden llegar a tener serias dificultades de adaptación. En estos casos observaremos la aparición de conductas territoriales, dificultad en el trato con otros perros, miedo a estímulos como coches, bicis, etc. En definitiva, tendremos un perro para el que todo lo aprendido no sirve para el lugar de residencia al que ha ido a parar.

Como conclusión, podemos decir que de forma ideal un perro debería criarse junto a sus padres y sus hermanos de camada, y en el entorno donde vivirá su etapa adulta.

En la práctica, vemos que esto no ocurre en la mayoría de los casos, y de ahí que en Etología Veterinaria Asturias encontremos una alta correlación entre determinados problemas de conducta (agresión intraespecífica, trastornos de miedo y ansiedad) y hechos como la adopción temprana del cachorro o los cambios de entorno que generan un alto nivel de estrés en el animal.

Siendo realistas, todos comprendemos que hoy en día es muy difícil acercarnos al ideal de crianza de los perros. Para acercarnos a este ideal, debemos ser capaces de dejar atrás mitos muy extendidos (como, por ejemplo, que los perros destetados muy pronto se acostumbran mejor al ser humano y son mas fieles), así como rechazar un modelo de comercialización de cachorros basado en la compra impulsiva de los mismos.

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