El gato es un animal territorial. Esto significa que su ciclo vital se desarrolla en un espacio defendido activamente frente a otros animales, especialmente de los de su propia especie. La territorialidad es una estrategia evolutiva de supervivencia, modelada durante millones de años. Todos los felinos, excepto el león, son fuertemente territoriales.

Gato salvaje africano © Africa Geographic

Gato salvaje africano © Africa Geographic

La función del establecimiento de un territorio radica en:

– evitar competencia por recursos alimenticios,

– establecimiento de “áreas seguras” frente a depredadores,

– acceso a la reproducción y cría.

La motivación mas importante del gato a la hora de mantener un territorio es alcanzar la percepción de un entorno seguro, dedicando gran parte de su repertorio de conducta a lo que para él es una prioridad.

En el gato doméstico la conducta territorial  conduce a la aparición de determinados comportamientos que afectan a la convivencia con el ser humano:

– la no tolerancia de muchos gatos a la presencia de otros gatos en su entorno,

– la aparición de marcajes territoriales, no solo con orina, sino también podal y facial,

– la respuesta de estrés del gato frente a cambios en su entorno y frente a cambios de domicilio.

El gato organiza la vivienda donde vive

En condiciones domésticas, la posibilidad de establecimiento de un territorio adecuado se ve limitada, tanto por la restricción de espacio como por la perdida de controlabilidad sobre su entorno. Aún así, el gato intentará organizar las habitaciones de la vivienda en zonas de actividad, de reposo, de vigilancia, de ejercicio, de eliminación, etc. En esta organización incluirá las tres dimensiones del espacio, incluyendo las partes altas de los muebles, armarios, estanterías, etc.

Como parte de su comportamiento territorial natural también figura el dejar sus marcas (igual que nosotros dejamos las nuestras: fotos, notas, objetos personales, etc.), en forma de arañazos, frotamientos de partes corporales o spray de orina.

 Apuntes sobre marcaje felino: marcaje con orina, marcaje facial  y marcaje podal.

La finalidad del marcaje es:

señalización de determinadas áreas territoriales, así como de los puntos de acceso a éstas.

aviso para evitar la intrusión de posibles individuos de su misma especie.

– como «tarjeta de presentación», ya que proporciona información acerca del sexo, estatus reproductivo, edad, cercanía, etc.

Se trata, en definitiva, de un método de “defensa preventiva” con el que se intenta evitar el contacto cara a cara entre individuos.

Métodos de marcaje utilizados por los gatos domésticos

Marcaje territorial con orina

Es uno de los motivos que genera mas consultas a los especialistas, debido a que afecta significativamente a la convivencia familiar; del mismo modo, es una de las causas habituales de abandono o sacrificio.

Marcaje con orina © Etologia Veterinaria Asturias

Marcaje con orina © Etología Veterinaria Asturias

El gato orina en una superficie vertical. Eleva la cola mientras esta «vibra», lanzando uno o varios spray de orina hacia atrás. El olor de la orina de marcaje es característico, y persistente en el tiempo.

Este tipo de marcaje se ve aumentado si el gato está sometido a algún tipo de estrés o sufre diversas formas de ansiedad provocadas por un ambiente físico o social inadecuado.

Micción normalizada en el gato doméstico © Etología Veterinaria Asturias

Micción normalizada en el gato doméstico © Etología Veterinaria Asturias

Hay que diferenciar el marcaje territorial de la micción inadecuada. Esta última, se refiere al uso inadecuado de la bandeja de arena o a la micción/defecación en lugares inadecuados.

Marcaje facial
Marcaje facial © Etología Veterinaria Asturias

Marcaje facial © Etología Veterinaria Asturias

Es llevado a cabo cuando el gato frota sus carrillos con objetos verticales (patas de sillas, esquinas de muebles, piernas, etc.). Este marcaje es llevado a cabo principalmente en lugares de tránsito. Su significado es semejante a “he pasado por aquí y estoy cerca”. De esta manera deposita feromonas en  el «objeto» marcado (ya sea inanimado o animado).

El tipo de feromonas depositadas han sido analizadas y sintetizadas para utilizarse,  en determinados casos,  para  reducir el estrés producido por la convivencia entre varios gatos.

Marcaje podal

Es interpretado popularmente como un intento del gato de “afilarse las uñas”. En realidad se trata de un tipo de marcaje en el que el gato deposita señales, tanto químicas (feromonas), como visuales (“arañazos” en el mobiliario). Es realizado en los accesos a los lugares de reposo que el gato considera importantes (de ahí la frecuencia con que es llevado a cabo en el sofá).

Marcaje podal © Etología Veterinaria Asturias

Marcaje podal © Etología Veterinaria Asturias

Debemos saber que es una conducta natural y necesaria para el gato, y no debemos, por tanto, intentar eliminarla sino “redirigirla hacia lugares adecuados”. No hay que confundir el marcaje podal con la “postura de desperezamiento” del gato (la diferencia entre ambas radica en el contexto espacial y temporal en un momento dado).

Un diagnostico adecuado y una estructuración correcta del espacio disponible para el gato son fundamentales para el bienestar del animal.

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